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EL CINE CLÁSICO

Cine clásico de Hollywood:

Historia, Directores y mucho mas.....

 

 

 

 

 

 

Siempre he pensado que las nuevas generaciones no tienen ni idea de a que llamamos cine clásico, ¿a una película antigua?...¿Un film en blanco y begro?...No existen los films antiguos, las películas son intemporales....este es el motivo de mi articulo, espero os guste.

 (el autor)

 

 

 

El cine clásico fue una etapa del cine americano lleno de ensoñación, glamour y excesos, que hicieron de la industria de cine norteamericana un icono global. Este periodo se engloba entre mediados de los años 30 hasta finales de la década de los 50, una época que muchos han idealizado y vanagloriado a lo largo de los años Aunque es cierto que muchas de las películas más fascinantes de la historia del cine, se llevaron a cabo durante este periodo, la verdad es que reinaba cierta tiranía dentro de los estudios cinematográficos más importantes de aquel momento. El cine clásico americano, desprendió una inmensa corriente creativa y de grandes innovaciones, pero también es cierto que había cierto totalitarismo y monopolio reinante en aquel Hollywood. A lo largo de este artículo, voy a indagar en los puntos más destacables del cine de Hollywood, las características e innovaciones que se llevaron a cabo, las reglas impuestas que había por aquel entonces para los actores  y algunos de los directores más influyentes de dicho periodo. La idea de este artículo, es que tengáis una idea bastante amplia de lo que supuso para el séptimo arte esta época y conocer los elementos más destacados de ella. A la vez hablaremos de varios de los creadores más legendarios e influyentes de dicho periodo Hollywoodiense. Cada película tenía ligeras diferencias y, en contraposición a los fabricantes de coches, la mayoría de las personas que intervenían en el rodaje eran artistas. Por ejemplo, Tener y no tener (1944) es famosa no solo por su pareja de protagonistas Humphrey Bogart y Lauren Bacall, sino también por haber sido escrita por dos futuros ganadores del Premio Nobel de Literatura: Ernest Hemingway, autor de la novela en la que se basó la película, y William Faulkner, que trabajó en la adaptación para la pantalla grande. Sin embargo, rodar películas todavía era un negocio y las productoras hacían dinero operando bajo el llamado sistema de estudios. Los principales estudios tenían a miles de personas en nómina -actores, productores, directores, escritores, especialistas, mecánicos y técnicos. También poseían cientos de teatros en ciudades y pueblos repartidos por todo el país- teatros que proyectaban sus películas y que siempre necesitaban material fresco.

 

Muchos historiadores hacen hincapié en la gran cantidad de buenas películas que surgieron en este período de férreo control de los rodajes. Una de las razones que hizo esto posible fue que, con tantas películas en producción simultáneamente, no todas tenían que ser un éxito de taquilla. Un estudio podía arriesgarse con un proyecto de presupuesto medio que tuviese un buen guion y actores relativamente desconocidos: Citizen Kane, dirigida por Orson Welles (1915-1985), cumplía estas premisas. En otros casos, directores con una gran personalidad como Howard Hawks y Frank Capra se pelearon con los estudios para imponer sus visiones artísticas. El sistema de estudio alcanzó, probablemente, su apogeo en 1939, que vio el estreno de clásicos como: Lo que el viento se llevó. El periodo de cine clásico o como algunos lo denominan (la época dorada de Hollywood) comenzó con la introducción del sonido en la cinematografía. Aunque existe cierta discrepancia sobre cuándo comenzó oficialmente la era del sonido, el lanzamiento de The Jazz Singer (1927) significó un cambio radical en la industria del cine. Por primera vez el sonido se reproduce a través de los altavoces que rodean un cine mientras las imágenes se reproducen en la pantalla. En 1929, casi todas las películas lanzadas usaban sonido.Durante este tiempo, hubo un puñado de géneros que se fueron introduciendo poco a poco al mundo sonoro; géneros como el western, la comedia o los musicales fueron algunos de los géneros que empezaron a usar sonido en sus películas, tras haber cosechado un glorioso periodo en el cine mudo. Una gran parte de la población norteamericana de finales de la década de los años 20, encontraron en las salas de cine un refugio donde aguardarse de la gran crisis económica que estaba sufriendo el país. No solo utilizaban las salas de cine como escape, sino que también buscaban un significado en esas maravillosas historias. Las películas de estos años,  usaban frecuentemente elementos como el deseo o la pérdida para construir sus tramas; tramas con las que  el público de aquellos años de recesión podrían identificarse.

 

 

 

En este sentido, el cine clásico no hace referencia exclusivamente a ciertas convenciones formales ni a un conjunto de películas específicas, sino que es un sistema de práctica cinematográfica: esta consiste en una serie de normas estilísticas ampliamente aceptadas, que constituyen un sistema integral de producción cinematográfica que a su vez las soporta a ellas. Estas normas constituyen una determinada serie de supuestos acerca de cómo debe comportarse una película, acerca de qué historias debe contar y cómo debe contarlas, del alcance y las funciones de la técnica cinematográfica y acerca de las actividades del espectador. Estas normas formales y las funciones se crearán, tomarán forma y encontrarán apoyo dentro de un modo de producción: un conjunto característico de objetivos económicos, una división específica del trabajo y modos particulares de concebir y ejecutar el trabajo cinematográfico.” Si bien no hay ninguna película totalmente “clásica”, pues todas estas representan un equilibrio inestable de las normas clásicas, es posible identificar el clasicismo de este sistema dado su énfasis en la armonía formal, la destreza técnica y el control de las respuestas del espectador. Este énfasis se sustentaba en una serie de normas estilísticas basadas en el realismo (entendido como verosimilitud de los acontecimientos, aunque obviamente con amplias excepciones que variaban según los géneros), el montaje de continuidad, la invisibilidad de la narración, la reducción de la ambigüedad y la universalidad de las historias. La Metro Goldwyn Mayer, Twentieth Century Fox y Paramount fueron las productoras cinematográficas líderes de la industria, llevando a cabo la mayoría de las películas más importantes de dicho periodo. Sin embargo, con la unión de sonido e imágenes, muchos críticos de cine argumentaban que la calidad artística de las películas durante ésta época sufrió descenso. Hizo falta hasta finales de la década de 1930 para que el cine se afianzara en la tecnología moderna y comenzara a producir películas con la misma estética creativa que cuando todavía estaba el cine mudo Pero una vez que lo hicieron, el cine se consolidó como una forma fundamental de contar historias. En el año 1939, el cine de Hollywood alcanzó una popularidad como nunca antes lo había hecho. Estrenos como Cumbres borrascosas (1939), Lo que el viento se llevó (1939), El mago de Oz (1939) o Casablanca (1942), abrieron un nuevo periodo de plenitud en la industria hollywoodiense .Todas las películas estrenadas durante estos años se caracterizaron por los distintos avances que presentaban. Hubo tres elementos primordiales que marcaron el cine de estos años: los dispositivos cinematográficos que se empezaron a utilizar, tramas con una construcción narrativa mucho más sólida y una tecnología puntera.

 

 

Hollywood durante la Segunda Guerra Mundial

 

Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Hollywood sufrió de grandes estragos económicos que limitaron las producciones que se venían realizando hasta entonces. Los estudios de cine tuvieron que prepararse para la defensa civil y erigieron elaborados refugios antiaéreos. Se prohibió filmar desde el mar o cerca de instalaciones militares. Los toques de queda que se impusieron en la nación, prohibían filmar de noche; por lo que no solo fue un batacazo económico, sino también limitaba la filmación de las películas.

 

En 1942, entraron nuevas leyes en vigor en Estados Unidos y se obligó a los estudios de Hollywood a recortar gastos, reciclar equipamientos y a encontrar formas creativas y económicas de producir películas. Muchas estrellas de cine de renombre se alistaron en las fuerzas armadas norteamericanas. Estrellas de la talla de Clark Gable, Henry Fonda, James Stewart o Mickey Rooney, fueron algunos que se alistaron. Por otro lado, se premiaba los esfuerzos de guerra con cosas muy propias de la sociedad patriarcal de aquel entonces.

 

Actrices de Hollywood como Rita Hayworth, Betty Grable o Lana Turner fueron algunas de las figuras del cine, que apoyaron a la nación convirtiéndose en modelos para aquellos soldados hambrientos de amor. La mayoría de las estrellas del cine clásico de Hollywood utilizaron su fama para ayudar a vender millones de bonos de guerra.

 

Hollywood durante la Guerra Fría

 

Durante la Guerra Fría, la paranoia creció en Hollywood y en el resto de Estados Unidos por el comunismo. En 1947, el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara (una organización que investigaba posibles vínculos comunistas), decidió investigar el comunismo en las películas. Se llamó a declarar al menos a 40 personas de la industria cinematográfica. Diez directores y guionistas, conocidos como los Diez de Hollywood, optaron por desafiar la legalidad de las acciones de dicho comité.

 

Alegaron que la investigación violaba sus derechos civiles; sin embargo, sus esfuerzos fracasaron cuando fueron juzgados por desacato al Congreso, multados y finalmente encarcelados. Después de la tragedia de los Diez de Hollywood, cualquier otra persona en la industria sospechosa de apoyar el comunismo fue incluida en la lista negra y se les negaba el trabajo. Cientos de actores, músicos, escritores, productores y directores se vieron afectados por esto incluida gente como Orson Welles, Charlie Chaplin o Lloyd Bridges.

 

 

 

 

Caída de la Edad de Oro de Hollywood

 

 

 

La Edad de Oro de Hollywood llegó a su fin debido a dos factores principales: las acciones antimonopolio y la televisión. Durante décadas, fue una práctica común que las principales compañías cinematográficas compraran salas de cine, que solo mostraban películas producidas por sus compañías. Este tipo de monopolio obligó al Secretario de Justicia Auxiliar Thurman Arnold a emprender un caso contra las ocho principales productoras de Hollywood en ese momento. Afirmó que estaban violando la Ley Sherman Antimonopolio, que regulaba la competencia entre las grandes corporaciones. Como resultado del caso judicial, todas las corporaciones de Hollywood firmaron un decreto de consentimiento acordando liberar su dominio sobre los espacios donde se mostraban solo sus películas para así detener la venta anticipada de películas en varios distritos de teatro. Prohibir también a las compañías cinematográficas programar más de 5 películas en cines, y finalmente, se estableció una junta para hacer cumplir estas reglas.Cuando estas reglas comenzaron a entrar en vigencia, Hollywood comenzó a revisar y publicar los contratos de sus empleados, reconfigurando por completo la infraestructura de la industria. Los rasgos que hacían individual a cada empresa desaparecieron, con la revisión de sus equipos creativos. El cambio finalmente llevó a que se estrenaran menos películas a medida que esta nueva dinámica interna iba consolidándose. Además como he mencionado anteriormente, la presencia cada vez mayor de la televisión en los hogares de los estadounidenses y la creciente popularidad de los programas de televisión, hicieron de la tele una fuerte competidora hacia los cines tradicionales. Los estudios de cine también estaban sujetos al Código Hays, un conjunto voluntario de reglas para la censura en las películas. Si bien no fue un problema importante en la década de 1950, les ató las manos a los creadores, incluso cuando la audiencia empezó a volverse más liberal. Al final esos dos principales factores con el añadido del Código Hays, hicieron que la época dorada de Hollywood llegara a su fin.

 

 

Los historiadores del cine utilizan los términos «Era Dorada de Hollywood» y narrativa clásica de Hollywood para designar a la vez un estilo visual y de sonido para películas y un modo de producción utilizados en la industria cinematográfica de Estados Unidos de América aproximadamente entre los años 20 y los años 60. El estilo clásico significa fundamentalmente un cine basado en el principio de la continuidad o en la edición con un estilo "invisible". Es decir, la cámara y la grabación de sonido no deberían llamar la atención del espectador. En esa época las películas en los estudios de Hollywood se rodaban de forma parecida a la que se utilizaba para ensamblar los coches en las cadenas de montaje de Henry Ford. No había dos películas exactamente iguales, pero la mayoría seguían un género: Western, comedia, cine negro, musical, cine de animación, cine biográfico, etcétera, y los mismos equipos creativos solían trabajar en las películas producidas por el mismo estudio; por ejemplo, Cedric Gibbons y Herbert Stothart siempre trabajaron en las películas de la MGM, Alfred Newman trabajó para la Twentieth Century Fox durante veinte años, casi todas las películas de Cecil B. De Mille fueron producidas por la Paramount, las películas del director Henry King fueron en su mayoría rodadas para la Twentieth Century Fox...Se podía llegar a adivinar qué estudio había producido cada película por los actores que aparecían en ella; cada estudio tenía su propio estilo y su toque característico que hacía posible averiguarlo....cualidad que no existe en la actualidad.

 

 

 

Nuevas formas de montaje

 

En primer lugar, los cineastas empezaron a utilizar dispositivos cinematográficos como la edición de continuidad para dividir las escenas, dando a los espectadores diferentes perspectivas del tiempo y espacio. Del mismo modo, la regla de los 180 grados hizo que los cineastas fingieran que había una línea a lo largo del eje de 180 grados de cada toma, mostrando dónde se debía colocar la cámara para apuntar al centro de la acción. Esta regla garantizaba coincidencias en la posición y el movimiento de la pantalla y construir un espacio de juego realista para los personajes. Los realizadores empezaron a filmar la acción desde un lado del eje de acción que atraviesa el centro de la acción principal de la escena. Al permanecer en un lado de esta línea, la cámara asegura esa dirección de la pantalla que permanezca constante. Es decir, si un personaje se para en el ala derecha del cuadro y otro a la izquierda, esos personajes conservan su relación posicional de la pantalla de una toma a la siguiente (a menos que, por supuesto, se muevan). Ciertos directores como John Ford, violaban repetidamente esta regla y otros como Howard Hawks, la obedecían escrupulosamente. Se establecieron tanto el corte transversal, que reveló la acción simultánea en diferentes ubicaciones, como el corte axial, que no contenía cortes, sino que se movía dentro y fuera de la escena. Aquí tenemos un ejemplo de La diligencia (1939) de John Ford, donde el director realiza numerosos saltos de eje.

  

Historias más sólidas narrativamente

 

 

En segundo lugar, una construcción narrativa más sólida de la trama. La lógica narrativa general fue impulsada por personajes humanos identificables y establecidos por un comienzo, un desarrollo y un final claramente marcado. De esta forma, la narrativa estaba estructurada por una fórmula estándar de causa y efecto. También se creó el tiempo cinematográfico. Esto funciona de manera similar como una lógica narrativa, pero también incluye flashbacks a lo largo de la historia En tercer lugar, también se destacó por la mejoría tecnológica que empezó a usarse a partir de inicios de la década de los 40. Se empezó a utilizar iluminación artificial, iluminación discreta y efectos visuales. Todos los cineastas de esta época, jugaron con las sombras y la luz para crear cualquier cosa, desde un estado de ánimo alegre hasta una siniestra escena de terror. Como resultado de estos avances, las películas se hicieron más largas y las tramas más complejas. Las historias que alguna vez estuvieron confinadas al papel como libros u obras de teatro se transformaron visualmente para ser disfrutadas por un público más amplio. Por último, una de las cosas que venían muy arraigadas del cine mudo, era la importancia que se le debía dar a la imagen, como medio narrativo predominante. En el cine mudo era algo fundamental, que durante el periodo más álgido del Hollywood clásico, se trabajó en traerlo de vuelta. Por ejemplo, una toma de ángulo bajo en la que la cámara mira hacia arriba, la acción podría adquirir significado a través de un proceso de asociación, convirtiéndose en algo que pudiéramos relacionar con un personaje o situación específica. Esto empezó a utilizarse repetidamente en las películas del cine clásico de Hollywood, brindándoles un mayor valor cinematográfico. Todas estas cuestiones fueron fundamentales, para varios de los cineastas más formidables de Hollywood que querían seguir la corriente europea del momento. Esto hizo que las películas consiguieran la aclamación general, tanto del público como de los críticos de cine. Esa capa superflua que engalanaba al Hollywood de los comienzos del cine sonoro, poco a poco fue perdiéndose, adquiriendo una personalidad más definida. Esto pudo ser posible, por creadores europeos que emigraron a Estados Unidos; muchos de ellos, huyendo de la guerra. Por poner un ejemplo muy claro, Hollywood no se puede llegar a entender sin la figura de Hitchcock, porque no solo realizaba películas que llegaban a ser accesibles para el amplio público, sino que era probablemente el cineasta que dominó más a la perfección el lenguaje cinematográfico. También hubo muchos otros cineastas europeos, que forjaron este modo de realizar cine, durante la época del cine clásico americano.

 

Las reglas de aquellos años

 

El cine clásico fue conocido por su ostentación y glamour, y eso se debía en gran parte a las legendarias estrellas, que han perdurado con el paso del tiempo. Las celebridades durante este tiempo aguantaron mucho para triunfar. Debido a los contratos estrictos que imponían a los actores las grandes productoras, llegaban a controlarles de muchas maneras. Estas son varias de las reglas que imponían las productoras cinematográficas en aquellos años.. Tenían que firmar contratos a largo plazo: Hoy en día, los actores y actrices pueden trabajar en una película con un estudio y luego pasar a un nuevo estudio para su próxima película. Pero era común durante la época del cine clásico, que los estudios cinematográficos descubrieran talentos y los firmaran con contratos de cuatro a siete años.Los actores no podían rechazar papeles: Durante la época dorada de Hollywood, era inaudito que un actor rechazara un papel, porque hacerlo a menudo tenía graves consecuencias. De hecho, Warner Bros suspendió a Bette Davis por rechazar ciertos papeles. Tenían que estar dispuestos a cambiar sus nombres: Muchas de las estrellas del cine clásico de Hollywood que conocemos hoy en día como Marilyn Monroe, Rita Haywort o Judy Garland, usaban nombres artísticos elegidos por los estudios. Incluso el estudio de la Metro Goldwyn Mayer, llevó a cabo una especie de concurso para elegir el nombre de la nueva joven estrella Lucille LeSueur, más conocida por todos como Joan Crawford. Se obligaba frecuentemente a las actrices, a cambiar su apariencia física: Más allá de teñirse el cabello, algunas estrellas tuvieron incluso que someterse a la cirugía plástica con tal de complacer a los estudios. Esto les convertía en muñecos de usar y tirar, donde lo que importaba era la imagen; es por ello, que muchas actrices de aquella época recuerdan con malos ojos ciertos aspectos de aquel Hollywood.

 

 

 

 

 

  

    Tenían que tomar clases de interpretación y de voz: A veces, los estudios veían potencial en un actor o actriz incluso antes de que pudieran demostrar sus habilidades como actores. Así que era común que las estrellas emergentes que ya habían firmado contratos con los principales estudios, tomaran clases de interpretación. En cuanto a las clases de voz, hubo actrices tan reconocidas como Lauren Bacall que tuvieron que pasar por ello. Fue a través de estas sesiones donde la actriz desarrolló la sensual voz baja por la que se hizo conocida y que la distinguió de sus otras compañeras de profesión.  Sus vidas amorosas a menudo se veían influenciadas por los estudios: Las citas falsas, como se les llamaba en ese entonces, eran una forma en que un estudio podía generar publicidad para las próximas imágenes de sus estrellas; era una forma de generar publicidad de la marca, a partir del uso de cierto sensacionalismo. Muchas veces iban más allá y llegaban incluso a orquestar matrimonios o a prohibir ciertos affaires entre actores del mismo estudio.

 

Principales directores del cine clásico americano

 

 

Billy Wilder

 

Genio cinematográfico indiscutible, Billy Wilder nació el 22 de junio de 1906 en Austria. donde abandonó una prometedora carrera como abogado para convertirse en reportero. Después de haber estado fascinado durante mucho tiempo por el mundo teatral, pronto se encontró inmerso en la industria del entretenimiento, escribiendo guiones. Sus primeros años en los Estados Unidos, estuvieron marcados por una exitosa asociación como guionista con Charles Brackett; con quien colaboró en clásicos como Ninotchka (1939) dirigida por Ernst Lubitsch o Bola de Fuego (1941) dirigida por Howard Hawks. En su larga e irreprochable carrera, Wilder dirigiría obras maestras tan diversas como Días sin huella (1942), El crepúsculo de los dioses (1950), Con faldas y a lo loco (1959) o El apartamento (1960) entre muchos otras. Esta grandiosa carrera tanto como director y como guionista, lo han convertido en uno de los nombres más emblemáticos de aquellos años.

 

 

Frank Capra se hizo un nombre en la Columbia Pictures durante la Depresión del 29.... Harry Cohn, el jefe del estudio, le dio al cineasta la libertad creativa que Capra necesitaba y él correspondió con una serie de éxitos que sacaron al estudio del bache económico que atravesaba. Durante sus cuarenta y tantos años en el cine, Capra hizo más de 50 películas y ganó 3 premios Oscar. Entre ellos se encuentran los clásicos atemporales Sucedió una noche (1934), Horizontes perdidos (1937), Vive como quieras (1938), El secreto de vivir (1936) o Caballero sin espada (1939). Aunque probablemente la película más recordada de él, sea la mítica cinta protagonizada por James Stewart, Qué bello es vivir (1946). Su carrera como director en Hollywood, le llevó a convertirle en el realizador que mejor retrató los valores estadounidenses en la gran pantalla. Muchos directores de renombre han manifestado su gran admiración por Capra, uno de ellos John Cassavetes.

 

 

 

 

Alfred Hitchcock

 

Hitchcock es, al igual que Wilder o que Capra, uno de los realizadores extranjeros que marcaron la época dorada de Hollywood. Su primer intento de dirección a gran escala fue en El jardín de la alegría (1925). Dos años después, estrenó el thriller El enemigo de las rubias (1927), una película que contenía muchos de los elementos que se convertirían en las señas de identidad del director; como un personaje principal inocente acusado falsamente de un crimen y la primera de las famosas apariciones del director. El responsable de la carrera de Hitchcock en Hollywood fue el productor estadounidense David O. Selznick, quien lo eligió para dirigir Rebecca (1940); la película ganaría el Oscar a Mejor Película en los Oscars. Aunque Hitchcock recibió otras cuatro nominaciones como Mejor Director, sorprendentemente nunca ganó la estatuilla. Aunque ningún Oscar podrá quitar, el peso y la influencia que tuvo en la historia de Hollywood

 

 

Orson Welles

 

Antes de adentrarse en la industria cinematográfica, Orson Welles ya había sido responsable de producciones innovadoras en otras artes como el teatro, llevando a cabo una adaptación de la obra shakesperiana Julio Cesar y en la radio con la mítica retransmisión de La guerra de los mundos. Con tan solo 25 años, Welles dirigió, protagonizó y produjo su primer largometraje, Ciudadano Kane (1941); un fracaso en su lanzamiento original, que a su vez creó mucha polémica por la sátira que hacía de los medios de comunicación estadounidenses. A pesar de ello, la historia ha reconocido y hecho justicia a la increíble obra de Orson Welles, convirtiéndola en uno de los clásicos del cine más influyentes e icónicos del cine. Su ingeniosa cinematografía y su estilo narrativo no clásico, fueron fundamentales para el desarrollo de lo que ahora llamamos cine moderno. Un director completamente adelantado a su tiempo, que causó problemas dentro de Hollywood. La rompedora forma de hacer cine de Welles fue restringida por los principales estudios después de varios proyectos, que no prosperaron como se esperaban. Es muy sabido, que muchas de las películas que llegó a rodar, se quedaron sin ser lanzadas. Si contamos únicamente las que salieron adelante, Orson Welles realizó un total de 13 largometrajes en su carrera y prácticamente todos ofrecen viajes intrigantes. En Hollywood llegó a realizar películas que tuvieron un éxito bastante pronunciado como lo fue El cuarto mandamiento (1942), El extraño (1946) o La dama de Shangai (1946) o Sed de mal (1958)

 

 

Victor Fleming

 

El hombre detrás de clásicos tan de obligatorio visionado, como Lo que el viento se llevó (1939) y El mago de Oz (1939). Aterrizó en Hollywood como operador de cámara, donde trabajó con gente tan grande dentro de la industria como D.W Griffith. Con el paso del tiempo, pasó a sentarse en la silla de director, llevando a cabo varias de las obras más exitosas de Hollywood. La superestrella del cine mudo Douglas Fairbanks le dio la oportunidad de comenzar a dirigir. En 1923, Fleming saltó al estrellato en sus comienzos como director, con películas como Mantrap (1926), El virginiano (1929) o Tierra de pasión (1932). Después del lanzamiento de sus obras más aclamadas, Fleming llegó a ser el director insignia dentro de la Metro Goldwyn Mayer, trabajando con los técnicos y estrellas de Hollywood mas reconocidos de aquel momento. La historia lo reconoce como uno de los directores más talentosos, tanto a nivel estético como en la construcción narrativa de sus obras.

 

Vincente Minnelli

 

Minnelli mostró talento artístico desde muy joven y decidió convertirse en diseñador de vestuario y escenografía para el mundo del teatro. Su don como director de cine no se dio a conocer hasta la década de 1940, mientras trabajaba en la Metro Goldwyn Mayer. El primer proyecto destacable donde empezó a codirigir Vincente Minnelli junto a Busby Berkeley, fue en el musical de Cabin in the Sky (1943); un proyecto atrevido en el que solo participaron actores afroamericanos. El género musical se convertiría en la especialidad del director y pasaría a dirigir clásicos como La rueda de la fortuna (1944), Un americano en París (1951) o Brindis al amor (1953). Un perfeccionista, que parecía muy preocupado por ofrecer una estética armónica. Minnelli hizo películas visualmente deslumbrantes, que a menudo presentaban una fotografía en colores que deslumbraba en pantalla. Aunque también trabajó en otros géneros cinematográficos a lo largo de su carrera, su nombre siempre estará relacionado con los mejores musicales de Hollywood clásico.

 

 

El Macarthismo

 

Los Diez de Hollywood fue el nombre que la prensa utilizó para designar a un grupo de personas relacionadas con la industria cinematográfica estadounidense, y que fueron incluidos en la lista negra de Hollywood durante el Macarthismo, acusados de obstrucción a las labores del Congreso de los Estados Unidos por negarse a declarar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses de John Parnell Thomas, destinado a "investigar" una supuesta infiltración comunista en las filas de Hollywood. Pese a ser una medida impopular en los propios Estados Unidos, la caza de brujas que tuvo como máximo exponente a Joseph McCarthy, obtuvo el apoyo de los principales estudios, que firmaron la conocida Declaración Waldorf en la que, como consecuencia de su negativa a declarar y su intento de atacar a la comisión como anticonstitucional, los señalados eran encarcelados y despedidos de sus empleos indefinidamente hasta que declarasen y demostrasen no ser comunistas, además de vetar y obstaculizar su actividad cinematográfica.

 

Y así es la historia en su totaliedad de los clasicos de Hollywood, a los que yo debo mi amor al cine

 

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